martes, 2 de diciembre de 2014

Macho alfa

Me produce cierta gracia cuando alguien, ya sea amigo o conocido, te dice eso de "tío fóllatela". Yo siempre he respondido que no depende de mí solamente, que ella también tiene que querer, que no soy Brad Pitt. Que aquí la peña se cree que haces chas y aparecen a tu lado. Me hace gracia porque de boquilla, nos hinchamos a follar pero la realidad es un poco distinta. También me hace gracia ese orgullo que sacamos los machos, los reyes de la selva. De desear a hacer hay un abismo. Pero sí, me hace gracia como presumimos de nuestras conquistas y si no es así, si no conquistamos, soltamos el tan ridículo "porque yo no quiero" y nos quedamos tan anchos, como si fuese verdad. Y eso no se lo traga nadie. Vamos, ¡ni tú! Deseamos, ansiamos ser los leones de la sabana, ahí todo el día, tumbado al sol, lamiéndote las pelotas, esperando a que te traigan la comida a la boca y te pongan el culo en el hocico. Porque eso sí, ni el puto rey de la selva es capaz de decidir cuando folla, son ellas las que deciden cuando y con quién hasta en las hormigas. Soltamos la típica frase de "yo a esa me la follaría", memorizamos sus tetas y su culo, pensamos en cómo la follaríamos, estoy seguro que por detrás la mayoría, soltamos un suspiro y si con suerte estás en casa por lo menos la paja te la llevas. Que asco de genética, ¡por dios! Siglos de castración mental católica nos han hecho esto, que no follemos. Y no me extraña, porque en la edad media si te la jugabas podías acabar casado con la desgraciada del pueblo y tres churumbeles. Y para toda la vida. Aquellos sí que eran buenos tiempos para la prostitución, ahora la de las seis de la mañana sólo te echa un polvo y desaparece. Se acabó el negocio, sus santidades. Ahora el infierno no se lo cree ni cristo. Ya no nos chupamos el dedo, tenemos Wikipedia. Y a ver si tienes cojones a superar espiritualmente el orgasmo que se tiene cuando te corres en su boca. ¡Ala! Supéralo, listillo. El rey de la selva no está para poner la otra mejilla. Sólo está para follar. Buenos tiempos son estos, caigo ahora en la cuenta. No hay tabús, ni sábanas agujereadas de por medio. Antes podías morirte sin ver una tía desnuda, ahora lo imposible es morirte sin ver ni una. Volvemos a ceder al lado opuesto, al oscuro, al negro, diría yo. Pasamos de no follar para evitarse un quinto hijo a follar sin preocuparnos por ello. Hay que buscar un punto intermedio. Algo que nos permita pensar en otra cosa, que nos nuble la razón, que nos libre de no pensar en el escote de la secretaria hasta que lleguemos a casa. Un punto intermedio en el que no asociemos ninguna fruta al pecho de una mujer. Vamos muy salidos. Es el pez que se muerde la cola, no follo voy salido, voy salido no follo. Tenemos plena libertad en follar lo que no está escrito y el rey no tiene otra opción que lamerse las pelotas. Por esa regla de tres, a más represión, más folleteo. Eso podría desmontar mi teoría de represión católica, poco folleteo. Pero no debemos olvidar a las prostitutas medievales. Eran ellas las que ganaban o perdían batallas. Pero no hablo de prostitución, es muy lícita y sinceramente creo que hacen mucho por aquellos que tienen cualquier tipo de problema sexual o están faltos de cariño. Hacen una buena obra social. No, no hablo de eso, hablo de cubatas, no de black cards. De follar "sin pagar" (no vamos ahora a negar que una cena nos cuesta mínimo), y en eso el hombre mueve una casilla y cuenta veinte. Internet da al hombre esa clase de intimidad que permite vacilar a los colegas.
-Ayer follé.
-¿Con quién?
-Una que conocí en Internet.
Desmonta objetivamente ese argumento, es imposible. Hoy día es cierto que la red te da esa oportunidad. Pero ni con esas. Y si los solteros no follan, menos los casados. Pero hay una cosa que me hace dudar, muchas mujeres cuentan abiertamente la asiduidad con que hacen el amor. ¿Significa eso que el macho alfa folla y no lo cuenta? Nooooo. No me lo creo. Si follamos tenemos que contarlo, así que sólo hay dos opciones: o sólo conozco hombres que no follan (que son unos pocos bastantes) o hay por ahí una especie de camaleón-mariposa sexual. Vamos, que yo siempre digo que hay aquí tres cabrones que se están poniendo las botas. Pero tampoco habla mucho a su favor, porque pocas van bien folladas. Y supongo que eso es porque de tanto lamerse el cimbrel, éste se ha ablandado. Resumen de la reflexión: me rio de los "fantasmas", ruina de la Iglesia, follamos poco y mal. No ha sido una reflexión muy optimista, que digamos.

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