lunes, 5 de diciembre de 2016

Una injusta justicia

En el año 2015 murieron 57 mujeres a manos de hombres por la mal llamada violencia de género. Esas 57 mujeres, cada una de ellas, fueron noticia en prensa, radio y televisión. En el mismo año 30 hombres fueron asesinados por la mal llamada violencia de género. Ninguno de ellos fue noticia en ningún medio. 
Es triste reconocerlo pero en España la igualdad brilla por su ausencia. En cambio sí brilla, y mucho, la politización de la justicia. Los partidos políticos utilizan la justicia para conseguir votos de los diversos sectores sociales sin importarles lo más mínimo el resto de ciudadanos. En campaña electoral podemos oír promesas de ayudas a inmigrantes legales (que son los que votan), favores a la ocupación de inmuebles vacíos, subidas de pensiones, etc. Pero, ¿son estas propuestas justas? ¿Es justo que un inmigrante sin recursos viva bien solamente de ayudas mientras un español sin recursos tiene que dormir debajo de un puente? ¿Es justo que un propietario de un piso se vaya de vacaciones y no pueda echar a aquellos que han ocupado su casa en su ausencia sólo porque éstos dicen no tener dónde ir? Y el propietario, ¿dónde va? Pues debajo de un puente. Pero la mayor injusticia en estos últimos años se ha llevado a cabo en favor de la mujer con la Ley de violencia de género que propuso Zapatero buscando el voto femenino para poder ser presidente, cosa que logró. La mujer lleva muchos años pidiendo igualdad con el hombre pero, ¿qué pasa con la desigualdad a su favor? Yo no veo mujeres manifestándose por conseguir para el hombre cuatro meses de baja maternal, o pidiendo el 4% de iva para las cuchillas de afeitar (en octubre se aprobó el 4% de iva para las compresas), o para conseguir fondos para la investigación del cáncer de próstata, o pidiendo penas duras para mujeres que matan a sus maridos. Un hombre que abandona un bebé en un container es un cabrón desalmado que merece pena de muerte. Una mujer que abandona un bebé en un container es una pobre madre desamparada que necesita la ayuda del Estado para criar a su hijo. Cuántos de nosotros nos hemos apiadado de esa mujer pensando que muy mal debe estar para abandonar a un hijo mientras que hemos condenado al hombre que hace lo mismo a la hoguera. Es políticamente correcto estar a favor del aborto, en cambio nadie se para a pensar que el futuro padre se quedará sin su hijo aunque desee cuidar del niño por su propia cuenta. Derecho a decidir sí, pero de ambos progenitores, que la mujer no se habría quedado embarazada si el hombre no hubiese puesto la semillita. Igualdad es que ambos padres tengan las mismas oportunidades de escoger si quieren o no ser padres. ¿Verdad que si la mujer quiere tener a ese niño lo tendrá aunque el padre se niegue a ello? ¿Y por qué no es igual al revés? Con la Ley de violencia de género pasa tres cuartos de lo mismo. Una mujer “maltratada” sólo tiene que denunciar al susodicho para que lo lleven preso. No tiene por qué demostrarlo, se la cree. Es imposible que una mujer se invente semejante atrocidad, y en cambio es el hombre el que tiene que demostrar su inocencia. Y lo tiene jodido si ese día estaba en casa, solo, viendo el fútbol tan tranquilo. 
Buceando por Internet sólo he encontrado una noticia en la que se diga la pena de cárcel de una mujer que contrató a dos sicarios para que matasen a su marido. Ocho años. Un hombre que mata a su mujer cumplirá como mínimo diez años de cárcel, quince años es la cifra más probable. Y por supuesto no volverá a ver a sus hijos jamás. ¿Dónde están en estos casos aquellas mujeres que piden igualarse al hombre? 
Con la Ley de violencia de género una inmigrante maltratada tiene derecho a permiso de residencia y trabajo. El hecho es que se están dando casos de mujeres inmigrantes que denuncian falsamente a su esposo para obtener los permisos y en el juicio se niegan a declarar contra su esposo, y todos contentos. ¿Dónde están las feministas en estos casos? Supongo que pensando que la pobre inmigrante no declara por miedo a que su marido la mate al salir de prisión. ¡Pobrecita! Y mientras las españolas hurgando en la basura para dar de comer a sus hijos. ¿Eso es igualdad? 
Tristemente en este porculero país la justicia ciega no existe, ni tuerta tampoco. Es más, se condena al fuerte por el simple hecho de serlo, aunque sea inocente, y se defiende al presuntamente débil aunque sea más malo que Caín. Así somos los españoles. El día que Aznar salga llorando en televisión pidiendo perdón por Irak, volverá a tener mayoría absoluta, me juego las pelotas. Así de gilipollas e injustos somos los españoles. 
Siento decirles que yo no soy como muchos de ustedes. Soy políticamente incorrecto y desmesuradamente justo. Digo lo que creo, creo en lo que digo y no juzgo por la apariencia, ya que a lo largo de mi vida me he encontrado con malas madres y buenos padres, con españoles pobres e inmigrantes ricos y con delgaduchos fuertes y cachas flojuchos. Yo quiero una igualdad real para ambos sexos, para lo bueno y para lo malo, y quiero penas duras para el asesino, sea hombre, mujer, gay, musulmán, protestante, negro, blanco, vasco o de Algeciras. El acusador debe demostrar que el acusado le ha agravado y la justicia debe tener en cuenta las pruebas, no las palabras. Y sobretodo no creer jamás a nadie más débil que otro, porque en este país hay mucho lobo disfrazado de cordero. Por un mundo justo e igualitario, sean sensatos y no se crean todo lo que les cuentan por ahí porque podemos condenar al inocente injustamente y quién sabe si ese inocente el día de mañana podemos ser nosotros mismos. No hagamos lo que no nos gustaría que nos hiciesen. Buenas noches.

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