domingo, 3 de mayo de 2020

El mundo en guerra

En 1924 se publicó en Gran Bretaña la novela Nosotros, de Yevgueni Zamiatin, un ruso ingeniero naval y cercano al bolchevismo que fue arrestado en su país y condenado al exilio en 1905 y en 1911. Su obra fue censurada tanto por las autoridades zaristas como por el posterior comunismo hasta 1988. Esta novela antitotalitarista fue la inspiración de otra obra profética escrita por George Orwell, 1984, obra que recomiendo lean para entender hacia dónde nos dirige el Nuevo Orden Mundial. Este NOM ya no es un secreto y hace pocos días hemos oído mencionarlo a la ministra Portavoz socialista en su discurso sobre el Covid-19 cuando dijo literalmente "... que permita que España se posicione como una economía dinámica, fuerte, en este Nuevo Orden Mundial". Las cartas están sobre la mesa y ahora nos toca jugar a nosotros, a los de a pie, a los que les votamos. También hace hincapié la ministra en la necesidad de que el PP les apoye en este cambio hacia la globalización pero, ¿por qué? Porque el PP es del otro bando y juntos tendrán más fuerza para someternos.
Desde tiempos inmemoriales han habido dos bandos que luchan por hacerse con el control de La Tierra. Los romanos contra el resto del mundo, cristianos contra moros, Iglesia contra paganismo, Aliados contra el Eje del Mal y actualmente Derecha contra Izquierda. El Nuevo Orden Mundial es la intención de uno de estos dos bandos para gob el mundo. Por el momento ya tienen su policía mundial (OTAN), una sanidad mundial (OMS), un idioma universal (inglés), una futura moneda única (el dólar) un Banco Mundial y un prestamista mundial (FMI). Para conseguir su objetivo tienen que vendernos este NOM como beneficioso para nosotros mismos porque los que mandan saben que el pueblo llano, sus esclavos, es más numeroso que ellos y que llevan todas las de perder si se une y se rebela. Para que la plebe sea obediente, los que mandan tienen dos bazas en su poder: el miedo a la muerte y el exagerado materialismo. Sabiendo esto, han provocado esta "pandemia" (que ha afectado a menos de un 0,001% de la población mundial) para tener acojonado a todo el mundo y hacerles caso quedándose encerrado en casa porque nadie quiere morir. Al rebelde se le pone una multa por no hacer caso y así atajan la rebeldía. Pero como el esclavo tiene que trabajar para comprarles a ellos artículos que no le hacen falta y enriquecerse aún más, tiene que dejarle salir a la calle para ir al trabajo y pagar el móvil 5G y la hipoteca. Problema, porque al dejar salir al esclavo y al rebelde a la vez, corren el riesgo de que el rebelde le coma el coco al esclavo y éste se convierta en un nuevo rebelde traído a la causa. ¿Y dónde se reúnen con más asiduidad el rebelde con el esclavo? ¡Correcto! En el bar. Así pues, restringen el aforo y el horario de todos aquellos lugares de reunión, prohíben la masificación de personas y fomentan el individualismo para evitar insurgencias colectivas. De casa al trabajo y del trabajo a casa. Y por si acaso a alguno le gusta largar más de la cuenta, hacen obligatorio el uso de mascarillas que impiden la buena respiración y la buena comunicación. O respiras o hablas, y si hablas te ahogas. Vamos, una mordaza como Dios manda con la excusa del maldito (inexistente para mí) virus. Todo esto lo profetizó Orwell en su famosa novela y les puedo asegurar que la vida del protagonista no es para nada la vida que nos gustaría llevar a cualquiera de nosotros. 
Pero los peces gordos necesitan más plancton, más control sobre sus esclavos, y por supuesto menos esclavos, porque cuanto menos sean más fácil será dominarlos. Solución, vacuna contra el Covid fabricada por sus laboratorios farmacéuticos. Un inciso, corre por la red que las siglas de dicho virus significan en realidad Covert Operation Virus Inminent Destruction, es decir, Operación en Cubierta de Destrucción Inminente por Virus 2019. Ahí lo dejo. Una vez hecha la vacuna, con nanochips en su interior, ésta será obligatoria y su control será más fácil al estar todo centralizado e interconectado. Si un esclavo no se pone la vacuna con nanobots en su interior que pueden controlarlo e incluso matarlo a larga distancia con la tecnología 5G, su banco tendrá la libertad de cancelarle la cuenta, las tarjetas y dejarle sin un mísero euro. Podrán también retenerle la nómina hasta que se vacune, y posiblemente después de vacunarse, cómo ha sido un niño malo, le provocarán enfermedades mediante los nanobots que podrán causarle la muerte. Y un rebelde menos. 
Pero no todo es tan fácil. Aunque tienen controlada a la población materialista, inculta y temerosa de Dios, hay otro problema: el rival político. Hay que saber que en esto de querer ser dueños del mundo hay dos facciones, como decía antes. Una está formada por la democracia imperial británica que comprende Europa, Israel, sus Estados vasallos y hasta hace poco Estados Unidos. Desde la llegada de Trump al poder, el otro bando, comprendido ahora por Estados Unidos, Rusia, China, Japón y sus Estados vasallos antiimperialistas, está cogiendo cada vez más fuerza. Esta segunda facción también aprueba todo eso de controlar a la población mediante la economía, la desinformación, los chips, etc., pero no quieren compartir el poder con los otros. Es como si la mafia mundial se hubiera escindido en dos bandos y lucharan entre sí por dominar las esquinas de la ciudad. Cierto es que en este corral hay tres gallos muy poderosos, China, Rusia y Estados Unidos, pero creo yo que primero desean deshacerse de su rival y después ya lucharán entre ellos por hacerse con el mundo, por lo menos eso es lo que haría Sun Tzú. Además, desde el otro bando, el británico, se alimenta el odio de sus esclavos hacia los aprendices de dictador. Por lo tanto, si sabemos nosotros, los incultos esclavos, jugar  bien nuestras cartas y dividir al enemigo, aún podemos ganar. Cierto es que en Europa pesa mucho que a uno lo tachen de fascista por votar a partidos como Vox, pero tenemos que darnos cuenta que eso mismo es lo que quieren para que les votemos a ellos. Miren sino todas las críticas a Trump después de ser elegido por la gran mayoría de estadounidenses. Ser seguidor de señores como Franco, Hitler, Musolini o Trump no es algo de lo que alardear, cierto, pero votar a señores socialistas, demócratas como Felipe González (que legalizó el trabajo precario con las ETT's y nos metió por huevos en la OTAN), Zapatero (que nos hizo pagar a todos las deudas de los bancos), Tony Blair (que nos metió en Irak por conseguir petróleo barato para BP) o Angela Merkel (que prefiere que los griegos se mueran de hambre a darles el dinero que le sobra) muy ético no es tampco. Cara a la gradería vende mucho votar a la izquierda pero si alguien tiene un poco de memoria y vergüenza no debería enorgullecerse de votar a Pedro Sánchez y al socialismo europeo. Todos los políticos son iguales, todos los empresarios son iguales, pero unos mienten más que otros y venden su imagen de corderos degollados mejor que el resto. Y nosotros los creemos. Yo apuesto por el divide y vencerás y con nuestros votos podemos dividirlos, seamos más inteligentes que ellos. Digamos NO al miedo a morir, digamos NO a la humillación y a la esclavitud del sistema. Dejemos de comprar cosas que sólo sirven para presumir ante nuestros vecinos y enriquecer al millonario y dediquemos lo poco que ganamos a lo que realmente nos da la vida. Porque lo que está pasando hoy día es sólo el principio de una larga servidumbre que nos matará de hambre y frío. Y leamos, informémonos y contrastemos noticias. Hoy día (antes de que también nos lo censuren) tenemos a nuestro alcance mediante Internet infinidad de puntos de vista sobre un mismo tema. Veamos todas las opiniones y luego pensemos lo que queramos, pero por lo menos sepamos de lo que hablamos. No creamos todo lo que nos dicen en la televisión, porque la televisión es suya y la utilizan en su favor, lógicamente. Dudemos de todo y de todos, formémonos nuestra propia opinión y luchemos por ella con convicción, con argumentos, vehementemente. Y luego actúemos en consecuencia. Dicen que hecha la ley, hecha la trampa. Pues busquemos juntos esa trampa que nos libere del sombrío futuro que nos espera. 

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