miércoles, 14 de noviembre de 2018

La gran mentira del capitalismo

Estos días ha causado revuelo la entrevista a Karen Hudes (https://youtu.be/hzGmggzmSIQ) donde la ex ejecutiva del Banco Mundial, poca broma, reconoce que la economía del planeta está en manos de seres no humanos a los que algunos científicos han llamado Homo Capensis, por su gran cráneo. Lo cierto es que empiezan a salir a la luz documentos, fotos, vídeos y testimonios (la mayoría del ejército americano) ya creíbles de que no estamos solos en el universo, ni siquiera en nuestro planeta. En mi humilde opinión creo que los que mandan llevan tiempo preparándonos para que su llegada no nos pille desprevenidos y nos dé un infarto, y si creemos las palabras de Hudes imagino que vienen para quedarse porque han sido tan cazurros como nosotros y se han cargado su planeta. Pero no quiero hablar de extraterrestres con cabeza cónica, sino de economía. Leyendo el libro de Ha-Jung Chang, Economía para el 99% de la población, descubro el por qué se favorece tanto a los ricos en materia de impuestos y cómo nos venden la moto nuestros compatriotas humanos “traidores”, según Hudes. Esto es lo que dice Chung: <<En las últimas décadas, los defensores del libre mercado han logrado persuadir a muchos otros de que conceder una porción más grande de la renta nacional a los que más ganan redundará en beneficio de todos nosotros.
>>Si los ricos disponen de más dinero, invertirán más y generarán más ingresos para otros; contratarán más empleados para sus empresas, y estas les comprarán más a los proveedores. Con rentas personales más altas, los ricos gastarán más, generando más beneficios para las empresas que les venden coches deportivos o ropa de diseño exclusivo a los ricos. Las compañías que suministran esos artículos aumentarán la demanda de, por ejemplo, partes de automóviles y textiles, y sus empleados ganarán salarios más altos y gastarán más en comida y en ropa (no de diseño exclusivo). Y así sucesivamente. Por lo tanto, cuanto más alta sea la renta en la cima, más se «filtrará» en última instancia al resto de la economía, haciendo que todos sean más ricos que antes.>>
Los informados recordarán que la UE está negociando con EEUU para liberalizar el mercado entre los dos continentes. Esto significa, a grandes rasgos, que el que fabrique o cultive más barato gana, ya que se eliminan las tasas de importación-exportación. Esto también significa sueldos más bajos, peor calidad de los productos y mayores beneficios para las grandes empresas. La gran verdad de este capitalismo del libre mercado que nos venden los políticos sumisos a los cabeza de cono es que los ricos no invierten el dinero que ganan, sino que lo guardan en bancos suizos o luxemburgueses como el tío Gilito. Los ricos no invierten en I+D, ni encargan la fabricación de un yate nuevo, ni se construyen mansiones. Se las compran o roban a otros ricos venidos a menos. El coche eléctrico, por ejemplo, está inventado desde los años sesenta y sólo ahora empiezan a verse por las ciudades con una autonomía ridícula y a un precio abusivo. Los ricos no gastan su dinero, sino no serían ricos. Y si lo gastan es en la compra de acciones para ganar más dinero especulando y llevando a empresas pequeñas o medianas a la quiebra. Creyéndose el cuento del libre mercado capitalista, los gobiernos favorecen a los ricos con ayudas y desgravaciones para que “reinviertan” el dinero ganado en el mercado laboral. Pero no es así. Tampoco puede el gobierno de turno pedir dinero a quién no lo tiene, es decir, a los pobres. En cambio a éstos últimos sí que les dan dinero para que sus veinte hijos coman carne y así puedan seguir viviendo del cuento y los políticos tener la conciencia tranquila porque ayudan a los más desfavorecidos. ¿Y quién paga todo esto? Los de en medio, todos aquellos que trabajan ocho horas diarias, o más, y cuando llegan a casa no tienen ni tiempo ni fuerzas de disfrutar de sus seres queridos. La clase trabajadora mantiene a todos esos vagos que no quieren trabajar, tanto a los de arriba como a los de abajo. Y no culpo a los de abajo por vivir del cuento, posiblemente todos haríamos lo mismo que ellos si nos diesen un techo, una educación y alimentos gratis. ¿Para qué voy a trabajar si lo básico lo tengo pagado y los lujos puedo robarlos? Tampoco culpo a los de arriba porque con “su” dinero hacen lo que quieren, y si se lo quieren dar a sus hijos para que se lo metan por la nariz quién soy yo para prohibírselo. Sólo puedo reprochar a la clase trabajadora que no se informe de lo que sucede en el mundo y sigan votando a aquellos que nos arruinan la vida, que ni eso porque la gente tiene derecho a leer lo que quiera, a creer lo que quiera y a votar al “traidor” que le dé la gana. Lo que no entiendo, si lo que dice la ex ejecutiva es verdad, cómo seres con un cociente intelectual de 150 no son capaces de ver que el sistema capitalista actual no se sostendrá por mucho tiempo. Cada vez hay más ricos y más pobres que viven del cuento, cada vez hay más gente harta de la sobreprotección a los de arriba y a los de abajo, cada vez hay más extremismo y menos justicia y cada vez estamos más cerca de que está burbuja social pinche y nos vayamos todos a tomar por saco. La clase media compra barato porque no puede comprar caro. De aquí a nada marcas como Samsung o Apple entrarán en quiebra porque todos llevaremos móviles chinos con iguales prestaciones a mitad de precio. Lo mismo pasará con los automóviles y ya está pasando con las marcas blancas en los supermercados. En varias generaciones, si todo sigue igual, la clase media no se podrá mantener ni a ella misma. También habrá menos trabajo gracias a la tecnología y el primer mundo acabará siendo el tercero y Europa será la nueva África, donde los ricos son muchos menos y los pobres son pobres de verdad. Ya sean capensis o capullos los que manejan los hilos del mundo está claro que inteligencia les falta un rato porque para que ellos sigan siendo ricos los demás tenemos que comprarles sus juguetitos. Si no tenemos qué gastar ellos no podrán vender y si no pueden vender no serán ricos y volveremos todos a la Edad de Piedra, a matarnos por una ciruela. Muchos dirán que llevamos miles de años así, que pasarán muchos años más hasta llegar a ese punto. ¿Seguro? Las crisis son cada vez más frecuentes. En 1929 hubo el crack bursátil y la gran crisis mundial y habían pasado doce años desde la revolución rusa. A nivel mundial en los últimos veinte años hemos tenido la crisis de las punto com y la de las subprime. Hoy en día todo va más rápido, hasta las burbujas. Ningún estado, partido político, banco o país puede soportar una crisis cada cinco u ocho años. Y tampoco la sociedad. Por lo visto estos seres inteligentes no saben de Historia. España perdió sus colonias americanas porque mató de hambre a aquellos que esclavizó. Si matas de hambre a quien trabaja por ti llegará un momento en que tendrás que trabajar tú para comer. ¿Han oído alguna vez en la misma frase “crisis” y Suiza, o Dinamarca, o Nueva Zelanda o Singapur? Yo tampoco. Hay países en los que la gente vive bien, hay justicia social y no salen en la tele. Sí, los hay. No abogo por la igualdad económica porque no estoy de acuerdo en que un piloto de avión, con la responsabilidad que conlleva tener en su mano la vida de doscientas personas, tenga la misma casa que un barrendero o un oficinista. En ese sentido el comunismo fue un fiasco. Pueden haber ricos, claro que sí, que se lo merezcan. Lo que no puede haber en una sociedad avanzada como la nuestra es capullos que maten de hambre al resto sólo para aumentar su ego o vagos y ladrones que vivan mejor que los que trabajan. Eso no puede ser. Y como es así, este mundo se irá a la mierda en breve si los del cociente intelectual de 150 no ponen remedio. Mi hijo morirá de hambre o apuñalado pero ustedes, seres superiores, tendrán que vivir con la lacra de ser unos fracasados. Tendrán que soportar los cuchicheos de sus homólogos planetarios en los Congresos Universales, de sus risas por lo bajini cuando sepan que seres inteligentes como ustedes se cargaron todo un planeta por su incompetencia. Me imagino la conversación:
-¿Y este quién es? 
-¿Este? Es el representante de esos que llaman Capensis. 
-¿Esos que destruyeron un planeta lleno de recursos por querer ser ricos? 
-Sí, esos. 
-¡Menudos pringaos! 
-¡Ya te digo! 
Jajajaja

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