jueves, 8 de abril de 2021

Problemas en la frontera

Ahora mismo parece que no haya otro problema en el mundo que el Covid. En las noticias nos bombardean con muertos, infectados, confinamientos, etc., pero este planeta sigue teniendo otros problemas y mucho más graves que un virus que ha matado un 0,025% de la población mundial, mientras que la pobreza extrema (personas que viven con menos de 60 euros al mes) afectó en 2020 al 9,4% de la población mundial según datos del Banco Mundial. Para este año se prevé que 150 millones de personas en el mundo sean extremadamente pobres.

Esta pobreza extrema lleva a algunas personas a actuar tan desesperadamente que incluso compran un pasaje ilegal a gente sin escrúpulos para que lleven a sus hijos menores a países donde se puedan ganar la vida en un futuro. Este es el caso de este niño nicaragüense (https://youtu.be/r5yPUcCD8bw), al que abandonaron en el desierto de Texas personas desalmadas llamadas "coyotes". Sin pudor alguno, los hijos de la gran madre que los parió, dejaron a este niño de 10 años a su suerte, mientras dormía, en el árido paraje de La Grulla, con temperaturas superiores a 40°C por el día y alrededor de 0°C por la noche, sin alimentos ni agua y con una simple chaqueta de entretiempo. Desorientado, aterrado y llorando de desesperación, el niño logró llegar a una carretera y pedir ayuda a un agente fronterizo, que grabó el vídeo que pueden ver en el enlace. ¡Increíble! 

Al ver el vídeo tengo que reconocer que a punto estuve de echarme a llorar. Yo tengo un hijo de nueve años y me imaginé a mi hijo perdido en el desierto, solo y sin comida ni bebida. Los pelos de punta se me ponen. La primera pregunta que me vino a la cabeza fue: ¿cuán de desesperados tienen que estar esos padres para enviar a su pequeño a otro país para que pueda comer? La segunda pregunta fue: ¿qué tipo de persona deja a un niño abandonado en el desierto sin agua mientras el menor duerme, sin tan siquiera darle indicaciones de hacia dónde debe ir? Y el tercer pensamiento fue: ¡qué le pregunten a ese niño qué opina de la vacuna de astrazeneca o del maldito Covid, ya verán lo qué les contesta! 

Lo cierto es que la primera pregunta, la desesperación de los padres, tiene una fácil respuesta: Fondo Monetario Internacional. Estados Unidos y el FMI llevan muchos años jugando a ser dioses, cosiendo a intereses a países pobres cuyos gobernantes, puestos a dedo por EEUU y el FMI, se han enriquecido quedándose el millonario préstamo para su propio beneficio y obligando a sus súbditos a pagar altos impuestos para devolver los altos intereses a sus "dueños", y así matarlos de hambre mientras ellos viven a todo lujo. Ahora imaginen ustedes que día tras día no tienen qué darle de comer a su hijo, ¿qué harían?. ¿Enviarían a su hijo a una desconocida vida mejor, con personas que se ganan dinero comerciando con cuerpos humanos, o preferirían ver morir de hambre a su hijo mientras le abrazan? Sí, difícil decisión. Puede ser que usted sea uno de esos ilusos que al leer este escrito desde su sofá de Ikea, piense: ¡eso sólo pasa en África y Sudamérica! ¿Seguro? ¿Es que no ve las noticias? No queda mucho para que los negocios de ocio cierren definitivamente y que la gente no pueda pagar ni un simple alquiler. Posiblemente usted ya tenga la vida resuelta, o no, pero ¿y su hijo?, ¿y su nieto? Hoy día sólo el muerto se puede librar de morir de hambre. Ojalá no lo veamos, pero tiempo al tiempo porque es hacia el tercer mundo hacia dónde nos dirigimos, mucho desempleado, poco trabajo mal remunerado y mucha mafia y corrupción. Esto ya está pasando, otra cosa es que no queramos verlo. 

La segunda pregunta es más difícil, imposible diría yo, de contestar. Si el ser humano ha llegado al punto de preferir cuatro pavos a ayudar a un niño indefenso, es que merecemos la extinción. No estamos hablando de escoger entre un millón de euros o que muera un político corrupto o un pederasta, no. Estamos hablando del egoísmo humano y del nivel al que ha llegado. Y no sólo eso, el gran problema de nuestra sociedad es que son los egoístas y los desalmados los que tienen el dinero y el poder. Y son ellos los que permiten estas situaciones. Si los que gobiernan el mundo quisieran arreglarlo, ayudarían a los más pobres, no se aprovecharían de ellos. Y también si nosotros, los de a pie, dejásemos de actuar influidos por el dinero que vamos a ganar, o dejásemos de compararnos con el vecino y nos sublevaramos al poder monetario y político, otro gallo nos cantaría. Maldita envidia, vergüenza me da de ser terrícola. 





1 comentario:

  1. Concreto, es evidente que éste y no otro es el gran problema, pero como bien dices ya hemos perdido la capacidad de actuar unidos, eso se perdió desde que el poder nos venció con el simple pero astuto truco de : dividir para vencer, dar par quitar. Es una lástima, yo siempre digo que el mundo tiene dos únicas posibles soluciones, en otro momento y en persona te contaré cuales.
    Gran apreciación de la realidad..... felicidades amigo.

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